viernes, 25 de abril de 2014

LOS ESTILOS MICHAEL THONET Y COLONIALES DEL SIGLO XVIII

Michael Thonet (1796 – 1871) Un precursor: Thonet Una notable Línea de diseño combinada, por lo demás, con modernas técnicas de elaboración y producción de mueble se había obtenido ya al menos treinta años antes de que el modernismo teorizara y divulgara sus ideales de renovación. El mérito correspondía en este caso específico al austriaco Michael Thonet (1796 – 1871), extraordinaria figura de artesano, inventor y empresario que, desde 1830, había experimentado nuevas técnicas para laminar y curvar la medara a fin de obtener formas que evitaran los costosos sistemas de modelado a base de cincel y de uniones mediante ensamblaje. Thonet había obtenido, en 1841 una primera patente para el doblado en caliente de la madera, patente que le permitió organizarse a escala industrial en la compañía Gebrüder Thonet AG (creada en 1849 en Gupendorf cerca de Viena) y con la fábrica homónima situada en las proximidades de densos bosques de hayas (cuya materia constituía la materia prima de producción) en Koritschau, en Moravia. El invento consistía en someter láminas de madera en embebidas de cola al calor y a la humedad producidos por el vapor, con el fin de obtener una masa compacta, elástica y flexible que había que someter seguidamente a presión y a modelados en formas especiales. Una vez alcanzado el grado necesario de enfriamiento se quitaban los moldes y la madera se presentaba ya lista en el tamaño y en el dibujo correspondientes a las piezas de los distintos muebles, que luego se ensamblan de manera muy simple, por medio de tornillos. El sistema, además de permitir una producción a nivel industrial, anticipaba uno de los principios del diseño moderno: el comprender la importancia de las características del material como sistema generador no solo de técnicas, sino también de formas. Las tiras de haya encoladas, tratadas al vapor y plegadas tenían, en efecto, una mayor elasticidad que la pieza de madera maciza modelada con la misma forma y podían dar lugar a diseños mas libres, ya que se plegaban fácilmente en curvas, molduraciones, complejas volutas que formaban respaldos de sillas , brazos de sillones y divanes, patas de mesas o ganchos de percheros. Este diseño, hacía pues, del aprovechamiento técnico de un principio orgánico (la elasticidad de la materia) y, además, era fácil de lograr y divulgar una gran escala por medio de una moderna cadena de montaje accionada por trabajadores no especializados. La producción de Thonet, desarrollada hasta constituir una casuística casi perfecta de la decoración, sobresalía de cualquier modo en el apartado de los asientos: sillas simples de café (la famosa silla de haya y enea de Viena, de la que se calcula que hasta 1891 se habían vendido mas de siete millones de ejemplares, expedidos a los compradores en piezas desmontadas). Los diseños coloniales del siglo XVIII (1700 – 1800)
Durante el siglo XVIII los ebanistas americanos adaptaron diseños de origen inglés a los que añadieron con frecuencia motivos de tipo regional. Filadelfia fue el centro reconocido de la realización más esmerada de muebles dentro de la tradición de Chippendale. Con anterioridad a la Revolución, los estilos de Guillermo y María, Reina Ana y Chippendale, fueron los adaptados al gusto colonial. Después de las Revolución, se hicieron populares Hepplewhite, Sheraton y Adam.

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